3 septiembre, 2019 11:14



Advierten sobre los riesgos de las bebidas energizantes en niños y adolescentes

La preocupación por la salud de sus hijos y de la población colonenses en general, es lo que llevó a un grupo de papás a interiorizarse sobre qué son las bebidas energizantes y cuáles pueden resultar las consecuencias de su consumo en niños y adolescentes. Consultaron a una nutricionista y juntos emprendieron una campaña para informar y concientizar al respecto.

El Entre Ríos entrevistó a la Lic. en Nutrición Angelina Orcellet (M.P. 15.945) y a Soledad Díaz Cardoso, una de las mamás protagonistas de esta iniciativa.

-¿Cuáles son las características de las bebidas energizantes?

A.O.: -El Código Alimentario Argentino las define como un alimento. Son bebidas libres de alcohol y deben contar con ciertas características para considerarse energizantes, por ejemplo tienen guaraná o ginseng como agregado. Hace un tiempo tenían una cierta composición química y luego hubo unas modificaciones. Actualmente contienen mucha cafeína.

-¿No está regulado en el Código Alimentario Argentino el límite de cafeína que deben tener?

A.O.: -Está regulado pero no se cumple. Una lata de 473 mm, si uno mira la información nutricional cada 100 mm, tiene lo que debería según el código, pero el chico toma toda la lata, con la cual son más de cuatro porciones. Un niño o adolescente no necesita eso como estimulante; en un café con leche ya hay cafeína. Los papás comenzaron a ver que las usaban para no dormir de noche o tener energía.

-¿La cantidad de cafeína supera a la que tienen las bebidas cola?

A.O.: -Sí, una lata equivale a dos tazas y media grandes de café, mientras la bebida cola equivale a media. Los hidratos de carbono de una lata de bebida energizante equivalen a 10, 7 cucharadas de azúcar.

-¿Cuáles son las consecuencias del excesivo consumo de cafeína en un niño?

A.O.: -Hoy en día lo que se está viendo son problemas cardíacos, porque la cafeína altera la frecuencia cardíaca. Si el corazón funciona bien va a volver a su ritmo normal, pero si tiene una enfermedad cardíaca latente esta puede despertarse con el consumo de las bebidas energizantes.

-Como estimulante del sistema nervioso que es la cafeína, me imagino que además puede tener algún efecto colateral en quienes toman alguna medicación.

A.O.: -Sí, en ese caso estaría totalmente contraindicado.

S.D.C.: -Además no estaría aconsejado en chicos diabéticos por la cantidad de azúcar.

A.O.: -Por otra parte, lo que están haciendo los adolescentes es mezclar las bebidas energizantes con el alcohol; mientras las primeras estimulan el SNC, el alcohol lo deprime.

-¿Cuál es la diferencia con las bebidas deportivas?

A.O.: -Son dos cosas diferentes. Igual tiene mucha cantidad de azúcar y los chicos tampoco las necesitan, básicamente tienen sales, no serían tan nocivas en relación a las energizantes.

-¿Estas no contienen cafeína?

A.O.: -No, no tienen.

-Cuenten cómo es esta campaña que emprendieron en favor de prevenir las consecuencias que puede tener el consumo de este tipo de bebidas.

S.D.C.: -Somos papás cuyos hijos están cursando el 1° año del secundario y cuando volvían de hacer educación física en el parque comentaban que les habían convidado de estas bebidas. Comenzamos a averiguar y nos dimos cuenta que para muchos era un consumo habitual, incluso algunos ya lo hacían desde 6° grado con la idea de encarar la actividad.

Lo que más nos preocupa como papás es la falta de información, porque como es de venta libre los chicos piensan que es una gaseosa. Por eso recurrimos a Angie para que nos ayude, convocamos a instituciones intermedias, referentes deportivos, clubes y concejales para plantear el problema, aunque encontramos algunas reticencias.

Otro papá que participa con nosotros, Miguel Delaloye, propuso una mesa de debate en base a la realidad de lo que está pasando en Colón. Se planteó hacer una encuesta para ver si era tan general como pensábamos y si se podía empezar a dar charlas en las escuelas. Así fue que hicimos una encuesta en los últimos dos años de primaria y en todo el nivel secundario. El resultado indica que la mayoría las consume y que los niños de 5° grado ya la han probado, desconociendo los efectos y pensando que les da más energía. También enviamos una encuesta a los papás y un porcentaje alto dijo que le gustaría recibir asesoramiento. Nuestra idea es generar concientización sobre esta problemática.

Hay municipios como Gualeguaychú o Rosario que tienen una ordenanza exclusiva para las bebidas energizantes. En Colón está dentro de la prohibición de venta de alcohol, pero en pocas palabras, no es clara ni específica.

Fuimos a hablar con José Luis Walser (intendente electo) nos escuchó y nos citó a otra reunión.

-Estimo que al no tener alcohol se minimizan sus consecuencias sobre los niños, pero la realidad es que tienen un componente adictivo que puede ser importante. Supongo que esto los preocupó para iniciar esta movida.

A.O.: -Hay casos de muertes por estas bebidas en personas que las tomaban todos los días. No encontré casos en Argentina, pero en otros lados han tenido muchos problemas, particularmente con una empresa por la cantidad de componentes que tiene.

-Más allá de que creo que el consumo tiene que ver más con una peligrosa moda que probablemente vino para quedarse, ¿qué podemos recomendar a un chico que realmente quiera aumentar su energía?

A.O.: -Los chicos necesitan un orden en sus comidas, sobre todo en el desayuno que muchos no están haciendo, una buena hidratación, hacer actividad física y descansar bien. Con los celulares o la compu a veces se quedan hasta tarde y duermen solo tres horas.

-Comenten los resultados más relevantes de la encuesta que realizaron en los colegios.

S.D.C.: -La edad en que comienza el consumo es los 10 años, la probó el 46, 5% de los encuestados entre 10 y 11 años. Casi la mitad cree que es un buen complemento para la actividad física o intelectual, el 40% considera que estas bebidas podrán aumentar su energía. El 93% dice que le gustaría recibir más información acerca de los daños y perjuicios de las mismas. Estos son los datos de primaria.

En secundaria, el 96% dijo conocer las bebidas energizantes y el 80% haberla probado. Cuando se les preguntó si notaron cambios beneficiosos, el 75% contestó que no, y el 53% lo considera un buen complemento. Si alguien se las aconsejó, respondieron que no el 82%, y si ellos la aconsejarían a alguien el 67% dijo que no. En cuanto a si les dio más energía, el 57% optó por el no y el 43% por el sí. Al consultarles si conocen los peligros, el 52% se inclinó por la negativa y el 76% dijo que le gustaría recibir más información.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa