Según publica ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO
“Temas sustantivos de la región”. Ese fue, genéricamente, uno de los asuntos del diálogo privado que sostuvieron este viernes el Papa y la presidente de Chile, Michelle Bachelet, en El Vaticano. Oficialmente no se ofrecieron mayores detalles del significado real de esas palabras, pero la audiencia de este viernes tuvo un peculiar telón de fondo: El reclamo histórico de Bolivia por una salida al Océano Pacífico y el diferendo abierto con el gobierno chileno por ello. En este contexto Francisco estaría dispuesto a mediar a favor del “reencuentro” de los pueblos latinoamericanos.
“Fue una maravillosa reunión, larga. Hablamos de temas sustantivos, de temas de la región, de qué manera vamos avanzando para que la región siga dándole las máximas oportunidades y derechos a todos sus habitantes”, dijo Bachelet a los periodistas tras su cara a cara con el pontífice.
“No ha faltado una panorámica de las diversas situaciones en América Latina, con referencia particular a algunos retos que enfrenta el continente”, estableció –por su parte- una nota de la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Hasta el momento el Papa no ha manifestado públicamente su posición con respecto al diferendo marítimo entre Chile y Bolivia, que este último país ha presentado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya en abril de 2013 y que el tribunal sigue estudiando. Pero en Argentina un grupo de intelectuales de esas naciones, junto con otros provenientes de Perú, adelantaron una propuesta que podría conducir a un acuerdo trilateral histórico y cambiar el mapa geopolítico de la región.
El encuentro de los 12 académicos (cuatro de cada país), estuvo avalado por la Universidad Católica de Buenos Aires (UCA), cuyo rector es Víctor Manuel Fernández, teólogo y cercano colaborador de Jorge Mario Bergoglio. Ellos firmaron una declaración pública común, una apuesta por la unidad de América Latina y por la superación de antiguos conflictos.
“Desde el final de la Guerra del Pacífico (1879-1883) hasta el presente, han existido tensiones que dificultan las relaciones amistosas entre los pueblos. Si estas se prolongasen, Bolivia y Chile continuarán sin relaciones diplomáticas. Todo ello genera gastos militares excesivos; dificulta la vinculación educativa, cultural y económica; e impide la realización de proyectos beneficiosos para la sociedad civil. Estas prácticas perjudicarán a las generaciones futuras, que heredarán una situación de conflicto latente, que podemos ayudar a resolver”, indicó el texto, firmado por los estudiosos al final del encuentro y que lleva la fecha del 21 de mayo de 2015.
El texto fue leído, ante 400 personas en un auditorio de la UCA, por otro amigo de Francisco: Aldo Carreras, uno de los organizadores de la actividad.
La iniciativa no se reduce sólo a un carácter diplomático. Propone “construir una memoria histórica común, enseñar en las escuelas una visión plural de los acontecimientos, consolidar políticas de integración cultural y desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera”.
Retomando una propuesta lanzada en la Universidad de Lovaina (Bélgica) en 2006, la declaratoria sugirió una vía de salida al diferendo con el establecimiento de un “territorio entre la Cordillera de los Andes y el Pacífico, integrado por las tres naciones, que procurarán conjuntamente su desarrollo, atendiendo principalmente a las personas que lo habitan”.
“Dado que la aspiración a la unidad americana es uno de los legados más valiosos de la independencia, una agenda de integración trinacional que incluya el reencuentro de Bolivia con el mar es una de las tareas urgentes. Proponemos a los gobiernos y a los actores implicados comprender la aspiración boliviana como un proceso que requiere de mecanismos que resguarden consensuadamente las expectativas y los intereses de nuestros tres países”, insistió.
Como explicó el rector Fernández, la propuesta de los académicos será entregada a los presidentes de la UNASUR, Tabaré Vázquez (Uruguay) y del CELAC, Rafael Correa (Ecuador), pidiéndoles que se la hagan llegar a los mandatarios de Chile, Bolivia y Perú; y los inviten a iniciar conversaciones.
Esa iniciativa lanza una mirada al futuro, no al pasado. No busca revisionismos históricos ni pretende modificar los Tratados de paz entre las partes, firmados hace muchas décadas. Propone una nueva vía, una solución integradora de las tres naciones, que promueva un desarrollo compartido y equitativo.
Para lograr ese “maravilloso modelo de integración”, como lo calificó Fernández, se propuso que el ex presidente uruguayo, José Múgica, sea elegido como “gestor de buena voluntad”. Desde Roma el Papa sonríe, y también estaría dispuesto a mediar. Si fuese necesario.