En un radio que comprende sólo una cuadra de la peatonal local – y una, de calle Catamarca – este medio pudo constatar la existencia de siete locales vacíos.

La «sangría» de cierres comerciales continúa y se profundiza en Concordia. La crisis, la falta de demanda, la presión fiscal y el aumento de los alquileres hacen imposible continuar la actividad para los pequeños y medianos emprendedores.

Si bien algunas voces se atreven a cuestionar el impacto de las políticas macroeconómicas actuales en el consumo, argumentando para eso el arribo de las grandes superficies comerciales a la región (Cetrogar, Musimundo, El Entrerriano, Frávega, Naldo Lombardi), no son pocos los que piensan que esas grandes cadenas son más financieras encubiertas.

«Lo que vienen a hacer al interior no es a vender productos, sino a otorgar créditos: después «levantan carpa» y les quedan los que ya otorgaron a tasa de interés muy altas, cuasi usureras», comentó una fuente calificada a este diario.

Cierres

Según el Centro de Comercio en Concordia cierran “entre 10 y 25 comercios chicos” por mes. El cálculo fue realizado por el presidente del Centro de Comercio e Industria de Concordia, Diego Lago, quien aclaró que se trataba de una estimación, porque “nadie te avisa cuando cierra sus puertas”, aunque dijo es algo fácil de percibir.

“Al comercio pequeño cada día se le hace más difícil mantener las puertas abiertas”, explicó recientemente a Diario Río Uruguay, el titular del Centro de Industria, Comercio, Industria y Servicios de Concordia, Diego Lago.

El representante mercantil señaló que «faltan herramientas para que puedan oxigenar al pequeño comerciante y a la actividad en general». Además, «no se tiene en cuenta la cantidad de trabajo que generan las pymes, y sobre todo los pequeños comerciantes».

En ese sentido, Lago insistió con que – a nivel nacional – no se crean las políticas necesarias para ayudar a las firmas más pequeñas. “Cuando nos enteramos de alguna herramienta nueva, por ejemplo en lo crediticio, nos enteramos luego que las garantías son muy difíciles de conseguir”, detalló el comerciante. Por otro lado, “en lo tributario no hay ningún tipo de oxigenación”, aseguró.

Si bien aclaró que es una variable de muy difícil cálculo porque “nadie te avisa cuando cierra sus puertas”, el dirigente se arriesgó a dimensionar que “entre 10 y 25 comercios chicos están cerrando por mes”.

Con estos números, consideró la realidad de la actividad como “alarmante”. Lago contextualizó la tendencia negativa a que “no tienen forma de cómo seguir”, y remató con que “uno puede poner fuerzas, pero tampoco al extremo porque después no podes pagar las deudas impositivas que te quedan y te complicás la vida”.