19 mayo, 2017 11:52
Emoción, lágrimas, plegarias y expresiones de todo tipo. Ocurre en la Parroquia Santa Teresita de Paraná.
La figura de la Virgen está ahí, en la esquina tenue detrás de un vallado de cordel y a la espera de rezos, plegarias, llantos y flashes de celulares que capturan el instante. Sus ojos atraen todas las miradas, desde donde salen dos marcas rojas que recorren su rostro y se extienden interrumpidas hasta el costado del corazón, donde culmina la gota.
Desde el jueves al mediodía, miles de fieles se acercan hasta la Capilla del Santísimo, al interior de la Parroquia Santa Teresita de Paraná, para observar las “lágrimas de sangre” que, dicen, derramó la Virgen de los Dolores. La cola de personas para entrar al espacio de adoración es cada vez más larga y la intriga se hace carne cuando se llega hasta el rincón.
Sólo se escuchan los pasos y la música sacra que interpreta un artista con su teclado electrónico. Se paran, miran, sacan fotos, rezan y continúan su camino. La imagen, para muchos, es impactante. Mucho más lo es para aquellos que no pueden evitar llorar junto a la figura que advoca a María y representa el sentimiento de dolor de una madre hacia un hijo.
Sin dudas, el fenómeno místico se convirtió en un fenómeno social en la capital provincial, para propios y extraños de la Iglesia Católica. Desde la jornada del jueves, cuando trascendió el suceso religioso, niños y jóvenes, bebés y ancianos, hombres y mujeres, comenzaron a arribar hasta la esquina de Saraví y 3 de Febrero con la única misión de ver por sí mismos el suceso.
El sacerdote Diego Rausch de la Parroquia Santa Teresita fue el encargado de presidir la misa de las 19 hs, acompañado por el histórico Padre Agustín Kaul. “Este fenómeno extraordinario nos debe servir para convertir nuestro corazón y acercarnos más a Dios y a Jesús”, resaltó el cura durante la celebración que esta vez desbordaba de fieles hasta la vereda.
El pasillo que conduce hasta la Capilla del Santísimo, en el ala derecha del templo, fue el elegido por la mayoría de los fieles para apostarse, a la espera de que las puertas del espacio se abrieran. Tras la misa, la multitud comenzó a circular y no paró hasta entrada la medianoche, cuando los fieles de toda la ciudad continuaban llegando. Y hasta ahora, la figura aguarda ahí, por si alguno se quedó con la duda.
Debido a este fenómeno, el Padre Diego confirmó a 9 Ahora que enviarán una muestra de las “lágrimas” para analizar y “ver si es sangre humana” o de qué se trata. En relación a estos pasos a seguir, el sacerdote también indicó que mantuvo un diálogo con el arzobispo Juan Alberto Puiggari.
“La idea es consultar con Monseñor para ver el camino a seguir”, contó el cura una vez que salió a la luz el suceso. Y recordó: “Hemos decidido colocar esta imagen en la Capilla del Santísimo para que la gente que quiere venir a verla o rezar pueda hacerlo. Está ahí expuesta”.