Con el crudo en un alza, imparable desde julio, y la moneda estadounidense despierta, en los próximos días los combustibles líquidos tendrían una suba cercana al 5%.
Desde la semana pasada, las petroleras vienen haciendo las cuentas para retocar sus precios. Los rumores del siguiente incremento comenzaron luego de la aprobación parlamentaria de la reforma previsional, que coincidió con el inicio del salto del dólar. Sin embargo, una fuente del sector evaluó que el siguiente ajuste se demorará todo lo que se pueda para evitar incrementar el malhumor social que predominó hace unos días. Un fin de año en paz es la idea.
Desde el primer fin de semana de diciembre, cuando las compañías decidieron el último aumento de las naftas (6%), el peso se depreció frente al dólar un 5,9%, con una marcada suba en los últimos siete días.
A la vez, el crudo Brent terminó ayer (martes 26 de diciembre) en u$s 66,22 y sigue recuperando precios que no tenía desde mediados de 2015. En el mes aumentó un 3,9% y en el segundo semestre tuvo un alza de 40%. El mayor precio del petróleo en el mundo representa una excelente noticia para las petroleras, para quienes la explotación de ciertos pozos se les vuelve rentable, y para las provincias, por la posibilidad de percibir mayores ingresos en concepto de regalías (en los primeros meses de 2017, por la menor producción, la caída está en torno al 20%) y tener mayor empleo. Al mismo tiempo, ante la liberación del mercado decidida por el Gobierno, los consumidores argentinos pagan cada vez más caros los combustibles, que tienen efecto sobre el resto de la economía.
Como es habitual, el mercado esperará a que primero mueva YPF para seguirle el camino.
Fuente: El Cronista.