En los últimos diez días, el gobernador exhibió acuerdos con Busti, Urribarri y con los intendentes más importantes, eventuales armadores de un frente interno. Además, le ganó de mano a Cambiemos poniendo en agenda la reforma electoral. Sumas y restas del “buen diálogo” con la Rosada.
Por si no alcanzaba con la derrota electoral del año que pasó, el 2017 cerró con nubarrones para el justicialismo, o mejor para la figura de Gustavo Bordet más concretamente.
Diciembre fue el momento de la exhibición cruda, sin pudores, de la fragilidad de los gobernadores en su relación con la Nación. Diciembre mostró a la Casa Gris en la defensa, con uñas y dientes, de medidas impopulares del gobierno de Mauricio Macri.
La reforma previsional salió con fórceps, fue arrancada con mayorías ajustadas, y en un marco de violencia y represión a metros de los vallados del Congreso. Al gobierno nacional le costó caro, al peronismo que puso los votos también.
Pasó el fin de año, los primeros días de enero. Hasta aquí, los vientos en contra para el oficialismo no han sido capitalizados claramente por ningún sector. Ni frente interno, ni oposición.
Bordet retomó la actividad, el lunes que pasó, con el 2019 marcado en la frente. Puso primera y arrancó a ritmo sostenido, mostrando fotos, diálogo y acuerdos, llevando en mano la reforma política, un tema predilecto de Cambiemos.
En los últimos días, el mandatario se mostró con sus antecesores en la Gobernación y en el liderazgo del peronismo. Jorge Busti se ocupó de justificar la posición por lo menos incómoda del mandatario y “sus legisladores nacionales” al avalar el paquete de reformas impulsadas por Macri. “Es más fácil criticar”, justificó el referente del Frente Entrerriano Federal.
Con Sergio Urribarri, el tema fue la reforma política. Se repasó la agenda de la Legislatura, que ya debió digerir las reformas previstas en el Pacto Fiscal, y que tendrá el 15 de febrero la apertura de un nuevo período de sesiones. Urribarri destacó “el enorme y trabajoso esfuerzo que viene haciendo el Gobernador para unir al peronismo en toda la provincia”.
Hubo antes reuniones con el vicegobernador Adán Bahl y con José Lauritto quien, como ya es tradición en el peronismo entrerriano, volvió a ser mencionado como candidato.
El jueves, con el presidente del bloque de senadores del PJ, Angel Giano, se adelantó la conformación de una bicameral para tratar la reforma electoral.
Intendentes
Oficialmente, el turismo para el corredor turístico del Río Uruguay fue el tema de la reunión con los intendentes peronistas. Pero la política estuvo en el centro de la agenda del diálogo con quienes son los jefes municipales más importantes, por las dimensiones de las ciudades que gobiernan y por el peso que tienen en el peronismo provincial, con perfil propio.
Estaban allí Enrique Cresto, de Concordia; Lauritto, de Uruguay; Martín Piaggio, de Gualeguaychú; el presidente de la Liga de Intendentes, Mariano Rebord, de Colón, que confirmó que la reelección de Bordet estuvo en la agenda.
También estaba Gabriel García, el presidente municipal de Villa Paranacito, quien por primera vez ocupa espacio en el candelero provincial y en cuya relevancia es imposible obviar que se trata de quien le arrebató el triunfo de Cambiemos a Rogelio Frigerio en su distrito.
La reunión, en efecto, tuvo por eje central el turismo. En la convocatoria jugó su papel la secretaria de Turismo y Cultura, Carolina Gaillard, que recorrió durante la jornada las playas de Colón junto al gobernador.
Bordet les dijo que va a disputar la reelección. Se habló del casi descontado desdoblamiento y hubo escasas definiciones ante el escenario nacional del peronismo, cuyas configuración para 2019 está muy en ciernes, sin un liderazgo claro para la tan mentada unidad.
La reforma política también estuvo en la agenda. Ciertamente, para los intendentes que estaban allí reunidos no es igual disputar un nuevo mandato –el único que no tiene reelección es Rebord- con la boleta sábana que con la Boleta Única de Papel. En efecto, con la BUP no hay arrastre posible y todo se jugará en la imagen del intendente, en la valoración que se haga de su gestión. La suerte de su reelección dependerá de que el elector marque una cruz en su foto y no en la de su adversario de Cambiemos.
El interlocutor de Cambiemos
Al arrancar el año con la reforma política en mano, Bordet le gana de mano a la oposición en un tema que ha sido consigna de Cambiemos en Entre Ríos y de la gestión de Macri desde el primer día, en la versión que resume casi todo en el voto electrónico.
En distintos medios, en este sentido, tras el anuncio de que será asunto presentado en la apertura de sesiones, se escucharon las voces de legisladores de la oposición avalando la iniciativa y hasta proponiendo condiciones para el debate.
Bordet, como interlocutor del gobierno de Macri en Entre Ríos, compagina agendas, trae a la provincia prioridades ajenas, les da su propia versión, avala medidas que estaban lejos de ser promesa de la campaña legislativa de 2017. Difícil imaginar que tenga margen para otra cosa en el actual estado de cosas.
Más aún cuando su posicionamiento reditúa en un “trato preferencial” para los “gobernadores aliados”. Y por si fuera poco, quien pide compensar su posición –sin ruborizarse ante las banderas del federalismo- es quien eventualmente podría convertirse en su más poderoso adversario en 2019: el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Fuente: Página Política