16 agosto, 2019 10:37
El kilogramo de pan, alimento de la canasta básica, se empezó a acomodar ayer en nuevos valores, a partir de la fuerte devaluación del peso registrada en el país en los últimos días.
En algunos locales ya se cotiza a 100 pesos, aunque en cada local depende de distintos factores, tanto de la producción como de la envergadura del establecimiento panaderil, de los costos de electricidad, alquiler, entre otros. Y del nivel de consumo de los clientes.
Por eso, la brecha de precios oscila entre 70 y 100 pesos en la capital provincial, según apuntó ayer Rubén Borghetto, del Centro de Industriales de Panaderos de Paraná.
El dirigente gremial explicó que desde ayer comenzó a normalizarse el abastecimiento, luego de la parálisis de entrega de harina por parte de los molinos debido a la brusca depreciación del peso.
“Se estaría normalizando en las próximas horas. Hubo problemas desde el lunes y a partir de hoy comenzó a entregarse nuevamente”, explicó. En ese marco, sostuvo que la bolsa de harina de 50 kilogramos, que hasta la semana pasada costaba unos 950 pesos, pasó a valer 1.200.
“El aumento en todos los productos panificados depende de cada uno, cuánto absorbe”, aclaró Borghetto, pero adelantó que el reacomodamiento de precios comenzó ayer y seguirá hoy, en el orden del 8% al 10%. “No se pueden trasladar más costos al precio al consumidor, porque luego no se vende; eso se va viendo de acuerdo a la conducta del consumidor”.
Movimiento
En ese marco hizo notar que tanto la producción como el nivel de ventas y precios dependerá de lograr que se estabilice el precio del dólar. A partir de allí, se normalizará la entrega de materia prima, y también los precios encontrarán su valor real.
De acuerdo con lo que se pudo apreciar ayer en distintos locales, además del precio del pan entre 70 y 100 pesos por kilo, se pueden mencionar las facturas, cada una a 25 pesos; los bizcochos de manteca, 280 pesos por kilogramo; el mismo valor para las medialunas chicas; y los especiales, a 220 pesos, por mencionar los valores de algunos de los productos de panificación.
Borghetto mencionó también que no solo aumentó la harina, sino también otros insumos, como las margarinas, con un ajuste del 30%. “Con un 10% de aumento de precios nos arreglamos”, dijo.
Finalmente, mencionó que el nivel de ventas, en el último año, se retrajo un 20%.
En la capital provincial hay unas 300 panaderías, entre grandes y chicas, según estimaciones.