21 octubre, 2019 12:01



CONFLICTO EN CHILE

Ascienden a 11 los muertos tras el estallido social en Chile

Crece el número de víctimas fatales en Chile tras el estallido social que se produjo por el aumento del pasaje del transporte público.

 La intendenta Karla Rubilar confirmó durante la mañana de este lunes que «la palabra hoy es reconstrucción y que son 11 los muertos en la Región Metropolitana.

La Fiscalía Metropolitana Sur se encuentra investigando el hallazgo de dos cuerpos tras un incendio que afectó a un local comercial en la comuna de La Pintana, luego de que un grupo de personas saqueara y le prendiera fuego al recinto, por lo que el numero de muertos asciende a 11 según los datos oficiales.

Los fallecidos se suman a los otros ocho muertos que se han registrado durante las últimas tres jornadas, todos encontrados en medio de los escombros tras incendios en locales comerciales.

Durante la noche del domingo, y a pesar del toque de queda y la militarización de las calles, seguían los enfrentamientos en distintos puntos de Santiago de Chile y de otras ciudades.

Desafiaron el toque de queda

Miles de manifestantes desafiaron en la madrugada del domingo a las fuerzas de seguridad en un sector de Santiago, Chile, durante más de dos horas bajo la vigencia del toque de queda, hasta que los uniformados dispersaron la protesta.

Los manifestantes levantaron barricadas, a las que incendiaron, en al menos cuatro puntos cercanos a la plaza Ñuñoa, en el noreste de la capital, donde los efectivos detuvieron a dos personas.

Una pintada decía “El pueblo declara estado de conciencia”, en alusión al estado de emergencia (sitio) declarado por el presidente Sebastián Piñera.

Los uniformados procuraron dispersar con gases lacrimógenos a los manifestantes, que les arrojaron piedras y los insultaron antes de retirarse, alrededor de las 21.30, cantando la consigna “El pueblo unido jamás será vencido”.

Allí se encontraban funcionarios del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ataviados con chalecos y cascos amarillos, y máscaras antigás.

Explicaron a Télam que trabajaban para disuadir a los manifestantes y evitar excesos de carabineros y militares, y afirmaron que ya registraron seis querellas contra uniformados por excesos en detenciones.

Un poco más al este, en la acomodada comuna Las Condes, pequeños grupos de manifestantes se reunían en las esquinas con banderas y cacerolas, y exhibían un cartel que decía: “No por vivir en Las Condes nos quedaremos callados”.

Mientras tanto, las estaciones de metro (subte) estaban custodiadas por personal del Ejército. “Las demandas son justas pero la forma de expresarlas es incorrecta”, afirmó uno de los militares, que llamó a un transeúnte a retirarse de la zona porque, de lo contrario, sería detenido.

De a poco, la ciudad fue transformándose en un desierto, sin autos ni personas, pero con las huellas de los enfrentamientos: carteles publicitarios rotos, semáforos y luminarias destrozados, y restos humeantes de barricadas que daban a Santiago un aire de guerra.

La residencia del embajador argentino, a escasos 100 metros de la emblemática Plaza Italia, tenía todo el frente pintado con consignas.

A las 23, desde balcones y ventanas cercanas a la Plaza Italia, comenzó un cacerolazo que fue extendiéndose y puso nuevamente alerta a a carabineros y militares.

El toque de queda regía esta noche en Santiago por segunda jornada consecutiva, esta vez desde las 19 hasta las 6, anunció el jefe del operativo de seguridad, general Javier Iturriaga.