La dimisión, que para ser efectiva debe ser aceptada por la Asamblea Legislativa, llega luego del incremento de la crisis a raíz de las protestas opositoras que comenzó en dicho país tras el resultado de las elecciones del 20 de octubre. “He decidido esta renuncia para que (Carlos) Mesa y (Luis ) Camacho no sigan quemando la casa de gobernadores, de asambleístas, de concejales, para que Mesa y Camacho no sigan secuestrando y maltratando a familiares de nuestros dirigentes sindicales, ni sigan perjudicando a la gente más humilde”, agregó Morales.Asimismo, apuntó contra la Organización de Estados Americanos al señalar que «la comisión de la auditoria ha tomado una decisión política» luego de que esta exigiera nuevos comicios en Bolivia tras denunciar irregularidades. «Algunos técnicos de la OEA están al servicio de (…) grupos de poder», profundizó.
«No tengo por qué escapar, no he robado nada», añadió Morales, de 60 años. «Aquí no termina la vida. La lucha continúa», agregó escoltado por el vicepresidente, también renunciado, Álvaro García Linera, y de su ministra de Salud, Gabriela Montaño. «Estamos dejando Bolivia con muchas conquistas sociales», dijo.
Morales denunció este domingo por la tarde la concreción de un golpe de Estado orquestado por parte de la oposición que incluyó el amedrentamiento y las amenazas a funcionarios, dirigentes y manifestantes del Movimiento al Socialismo (MAS). En las últimas semanas, las protestas opositoras abarcaron desde incendios al edificio del Tribunal Electoral y alcaldías regionales, hasta la quema de casas de gobernadores oficialistas y secuestros de familiares de funcionarios.
Entrada la noche, Morales, que se encuentra en la región cocalera del Chaparpé, denunció que la Policía libró una orden de captura contra su persona a la que calificó de «ilegal». «Denuncio ante el mundo y pueblo boliviano que un oficial de la policía anunció públicamente que tiene instrucción de ejecutar una orden de aprehensión ilegal en contra de mi persona», afirmó esta noche en su cuenta de Twitter.
«Asimismo, grupos violentos asaltaron mi domicilio» y «los golpistas destruyen el estado de derecho», agregó.
En tanto que el opositor Luis Fernando Camacho dijo por la misma vía: «Confirmado. Orden de aprehensión para Evo Morales. La policía y los militares están buscándolo en el Chapare, lugar que se escondió». «Los militares le quitaron el avión presidencial y está escondido en el Chapare, van por él», añadió.
Ante esta situación, el gobierno mexicano ofreció esta noche asilo político a Morales. «En caso de decidirlo», México «está dispuesto» a otorgarle también asilo a Morales, de «conformidad con su tradición de asilo» y su política de «no intervención», afirmó el canciller Marcelo Ebrard, quien señaló que hay 20 funcionarios refugiados en la embajada de México en La Paz, capital de Bolivia. Además pidió que se «respete la integridad» de la legación diplomática.
El presidente mexicano Andrés López Obrador calificó a la dimisión de Morales como «un acto responsable, pues evitó exponer a su pueblo a la violencia».
Pérdida de apoyo
El ahora exmandatario perdió en las últimas semanas el apoyo de la máxima entidad sindical del país, la Central Obrera Boliviana, luego de la represión a numerosas protestas a lo largo del país. “Le pedimos al presidente que reflexione. Si es por el bien del país, si es por la salud del país, que renuncie nuestro presidente”, había declarado en conferencia de prensa en el líder de la central, Juan Carlos Huarachi, previo a la dimisión.
Asimismo, este domingo el Comandante en Jefe de Bolivia, Willimans Kaliman, también había presionado a Morales pidiendo su renuncia, haciendo referencia a la necesidad de velar por la seguridad nacional. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial”, dijo.
El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Willimans Kaliman, al momento de anunciar el pedido de renuncia al mandatario Evo Morales.
Fuente: Red Erbol.
«Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia», dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
«Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia», había declarado por su parte el comandante general de la Policía, general Vladimir Yuri Calderón.
Asimismo, Kaliman anunció que ordenó «operaciones militares aéreas y terrestres para neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la ley», en aparente alusión a los violentos ataques a buses de manifestantes opositores que viajaban hacia La Paz.
Pese a ello, en la noche del domingo salieron a la calle manifestantes en apoyo a Morales y en repudio al golpe.
En los barrios del El Alto manifestantes ha salido a bloquear autopistas y avenidas en repudio al golpe de Estado.
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Los ministros de Minería, César Navarro, y de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, y el presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, el oficialista Víctor Borda, también presentaron su renuncia en medio de la crisis.
«Hoy más que nunca necesitamos que el país regrese al camino de la paz social y de la unidad. Pensando en el bien nacional y el respeto a la vida, hago pública mi renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Hidrocarburos», escribió Sánchez en Twitter.
El ahora exministro acompañó su mensaje con una fotografía de la carta enviada al presidente Evo Morales en la que señala que la situación actual, «marcada por la confrontación y la violencia entre hermanos bolivianos, no es el camino» que conduzca a hallar una solución para pacificar al país.
«En este sentido, el curso de los acontecimientos va en contra de mis principios personales, así como de mis valores espirituales y democráticos, y me impiden, por tanto, continuar a la cabeza de la cartera de Estado que dirijo», manifestó Sánchez.
Por ello, resolvió renunciar de forma irrevocable al cargo, agradeció a Morales por la confianza que le tuvo para dirigir ese ministerio y pidió a Dios que ilumine al mandatario y a todos los actores políticos y sociales para que la paz retorne al país.
Por su parte, Borda confirmó su renuncia en contactos telefónicos con diversos canales privados de televisión en los que lamentó que su hermano habría sido tomado como rehén por una turba en la ciudad andina de Potosí, donde en esta jornada fueron incendiadas su casa y la del ministro Navarro.
Precisamente, el ahora exministro de Minería fue el primer funcionario en dimitir en esta jornada tras denunciar la quema de su vivienda y el intento de toma de la de su madre en Potosí.
«Es un hecho que no tiene explicación, cómo el discurso general de bronca, de odio está derivando en estos actos de violencia incontrolables», cuestionó Navarro, citado por la agencia de noticias EFE.
En las últimas horas se han conocido también sendas renuncias de parlamentarios oficialistas, mayormente potosinos, mientras que este sábado también dimitió un gobernador y dos alcaldes del MAS. Decenas de dirigentes del partido de Morales denunciaron presión y amenazas de opositores para dimitir a sus cargos.
Los conflictos surgieron desde que el día después de los comicios comenzaron las sospechas de manipulación de votos para favorecer la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025.
El órgano electoral dio vencedor al mandatario, pero la oposición y comités cívicos denuncian fraude a su favor, exigen su renuncia y nuevos comicios.
La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó este domingo celebrar «otro proceso electoral» en Bolivia al evidenciar «irregularidades» que le impidieron validar la votación del pasado 20 de octubre. Tras ese anuncio y previo a su renuncia, Morales convocó a nuevos comicios y adelantó cambios en los miembros del Tribunal Supremo Electoral.
Ayer hubo fuertes disturbios en regiones como Oruro, donde fueron quemadas las viviendas de la hermana del mandatario y del gobernador de ese departamento, Víctor Hugo Vázquez.
El mismo día resultaron heridas al menos 32 personas cuando fue atacada una caravana de mineros y universitarios, que desde las regiones de Potosí y Chuquisaca se dirígían a La Paz para sumarse a marchas de protesta contra Morales.
Las manifestaciones a favor y en contra del mandatario dejaron hasta el presente tres muertos y 384 heridos, según datos de la Defensoría del Pueblo de Bolivia. La crisis, sin embargo, no cesa.