15 diciembre, 2019 10:17
El ahora exintendente de Paraná, Sergio Varisco, amplió este viernes a la mañana su declaración indagatoria en el marco de la causa denominada Narcomunicipio, en la cual se investigan los presuntos vínculos entre su gestión y una narcobanda criminal que estaría liderada por Daniel «Tavi» Celis. Como ya se ha explicado en El Destape, el expediente es un desprendimiento que se inició con el caso conocido como Narcoavioneta, donde se secuestraron más de 300 kilos de marihuana en un campo de Colonia Avellaneda -a pocos kilómetros de Paraná- y donde quedó detenido, entre otros, Migeul «Titi» Celis, hermano de «Tavi». Ocurrió en mayo de 2017.
El expresidente municipal ya había asistido al Tribunal Oral Federal de Paraná en dos ocasiones. En la primera declaró, en la segunda también, pero quedó procesado y tuvo que pagar una caución de un millón de pesos para no ir preso, bajo argumento del juez respecto del peligro para la institucionalidad de la capital que surgiría de tener un intendente tras las rejas. Fue el 4 de junio de 2018, mismo día en que quedaron procesados con prisión preventiva Griselda Bordeira -funcionaria de Servicios Públicos, en la Unidad Penal 6 de Mujeres- y Pablo Hernández -concejal de Cambiemos, en la Unidad Penal 1-, junto a otros imputados.
La declaración de este viernes estuvo en duda hasta ayer. Finalmente, sobre la tarde, Miguel Cullen y Rubén Paglioto, los abogados de Varisco, dieron a conocer que el exintendente declararía. Lo haría en contra del propio consejo de sus letrados, y sin responder preguntas de ninguna de las partes. Y así fue: Varisco llegó pasadas las 8.30 y se sentó en el banquillo de los acusados, donde dio su versión de los hechos.
Tres fueron los ejes fundamentales de la declaración de Varisco: su relación con Celis, su presunto vínculo con la droga y la supuesta responsabilidad de funcionarios nacionales en el caso. Sobre lo primero el exjefe comunal reconoció que en 2015 existió un vínculo con «Tavi». Fue en el marco del apoyo que le brindó el Movimiento Vecinalista del Oeste, donde se enrolaba el presunto jefe narco. Incluso dejó entrever que el acuerdo con Celis incluía, en caso de ganar, el ingreso de nuevos agentes al municipio, del círculo del mencionado.
“Nunca dije que no lo conocía, pero mi relación con Celis era netamente política” aclaró el dirigente radical, antes de subrayar que existieron «exigencias» y «pedidos» luego de su victoria en 2015. «Algunas veces tienen reconocimiento y muchas veces se dice que no. La política tiene dos tipos de acuerdos; uno explícito y otro implícito, en donde la buena militancia exige reconocimiento y salvar situaciones personales de empleo» resaltó.
Asimismo Varisco se defendió en lo que respecta al segundo punto, su relación supuesta con la droga y la compra y venta de narcóticos: «Por supuesto que hubo exigencias y reconocimientos, pero nada vinculado con la droga. De hecho, las escuchas no me involucran personalmente aunque hablan de incumplimiento e insatisfacción de acuerdos políticos, pero no de droga. Es algo agraviante, no existe ninguna escucha que me vincule con actividades ilegales, no lo hice por mí ni por interpósita persona». De esa manera buscó desligarse del vínculo que efectivamente se le imputa, que es la financiación del narcotráfico.
Luego de aclarar enfáticamente el segundo de los ítems, el exintendente apuntó duramente a la emxinistra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, señalando que hubo una «intencionalidad política» que tuvo como objeto destituirlo: «Yo no creo en las casualidades, creo que hubo funcionarios nacionales que intentaron perjudicarme. No me explico por qué Patricia Bullrich tuiteó a todo el país mi procesamiento, ni que se haya victimizado acusando a mi espacio político por una foto o que haya hablado de narcomunicipio».
En ese contexto, Varisco se interrogó: «¿Cómo se entiende que después de miles de horas de escuchas telefónicas, yo esté procesado y en todas esas escuchas no hay una sola mención que me vincule con una actividad ilegal? ¿Cómo se sostiene que después de allanamientos en los que se secuestraron documentos no haya ninguna prueba?».
La declaración de esta mañana se enmarca en la coartada ya adelantada -y oportunamente descripta por El Destape- por la defensa del exjefe comunal, a partir de que se conociera que dentro del expediente por espionaje ilegal que tramita el juez Federal, Alejo Ramos Padilla, existe una escucha donde el falso abogado Marcelo D’Alessio se comunica con Pedro Etchebest -el denunciante que destapó la olla- y le indica de un viaje a Paraná para un “operativo de droga”. De este modo, apuntan a la responsabilidad del ahora exgobierno nacional en la situación judicial de Varisco.
Una vez concluida la ampliación, fue el turno de los alegatos. La Fiscalía aún no adelantó la pena que se pedirá -se conocerá el lunes- pero refirió que existe la prueba necesaria para ratificar los vínculos del exintendente con el hecho que se le endilga.
En el mismo sentido con lo que declaró hoy Varisco fue el testimonio de «Tavi» Celis el último lunes. El dirigente barrial se desligó de la causa Narcoavioneta, pero sí reconoció que hizo un pedido de cocaína -ya preso por un robo- que llegó a su domicilio de Paraná. Se trata de la droga incautada en la casa donde estaba su pareja, Luciana Lemos. Acorde a su palabra, fue apremiado por una mala situación económica y una deuda que debía pagar.
Asimismo Celis aclaró que en 2015 no financió directamente la campaña de Varisco, pero que sí puso a disposición bolsones -alrededor de 600- y vehículos -60 por elección- que fueron parte de la maquinaria que lo llevó a la Municipalidad. Siempre acorde a su relato, hubo un acuerdo -que estipulaba unos 40 contratos y direcciones en la comuna- que no fue cumplido por el -a posteriori- intendente: «Nunca cumplieron hasta el día de hoy». El cálculo de Celis asciende a un millón de pesos de la época, que con intereses ascendía dos millones en 2018, cuando Lemos fue a la Municipalidad y le pidió el dinero a Bordeira y a Hernández.
En lo que refiere a la droga, apuntó: «Hay personas detenidas hace más de un año que no tienen nada que ver, como Pablo Hernández, Griselda Bordeira y Alan Viola. No sé por qué ella los inculpó». Y agregó: «Es imposible que Sergio Varisco haya comprado cocaína».
Fuente: *Juan Pablo Scattini para el El Destape