6 septiembre, 2020 12:33
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que lo más probable es que haya que esperar hasta mediados de 2021 para que se realicen vacunaciones masivas contra el nuevo coronavirus.
«En términos realistas, no esperamos ver vacunaciones masivas hasta mediados del próximo año», dijo la vocera del organismo de salud de la ONU, Margaret Harris, en su sede de Ginebra.
Precisó que entre seis y nueve candidatas a vacunas están en fases avanzadas de investigación, con una parte de ellas en la fase 3 de los ensayos clínicos, que requieren la participación de al menos 30.000 y de la que se extrae la información sobre la eficacia del producto y se confirma que es seguro.
La carrera por desarrollar una vacuna contra la Covid-19, a la que se lanzaron decenas de farmacéuticas y firmas biotecnológicas, genera esperanza y a la vez confusión sobre los plazos en los cuales una o más vacunas realmente podrían estar disponible para el público.
Harris reconoció que esta confusión existe y que, en parte, fue alimentada por el hecho de que hay gente que está siendo vacunada en el marco de los ensayos clínicos que se están realizando con varias vacunas candidatas, pero que no se sabe si realmente funcionan.
«Los diferentes grupos de investigación están vacunando a gente, pero en estos momentos no tenemos una señal clara de que se haya llegado a un nivel de eficacia y seguridad suficiente», explicó.
Agregó que, en vista de los recursos que se están poniendo en ello, es muy probable que termine habiendo más de una vacuna disponible y que las que salgan al mercado podrían ser utilizadas en distintos grupos de población.
No obstante, reconoció el peligro de «alimentar falsas esperanzas» entre la población porque esto puede «aumentar la complacencia» frente al virus y hacer que se descuiden gestos básicos de prevención, como la distancia social, el uso de mascarillas y el lavado de manos.
«Recordemos que al principio de esta pandemia muchos le restaron importancia y decían que pasaría pronto. Esa actitud nos ha llevado a tiempos muy difíciles», comentó la portavoz.
Sus palabras recordaban las posiciones que asumieron responsables políticos, como los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; o de Brasil, Jair Bolsonaro, quienes minimizaron la gravedad del coronavirus cuando éste empezaba a circular en sus países.
Ocho meses después de descubrirse el nuevo virus, Estados Unidos y Brasil son los países -en este orden- con más casos y muertes por Covid-19 en todo el mundo.
China y Rusia afirman haber descubierto vacunas que funcionan contra la Covid-19 y señalaron que empezaron a utilizarlas en sus poblaciones o están por hacerlo, a pesar de que no completaron la fase 3 de los ensayos clínicos.
Harris no pudo confirmar si la OMS recibió los datos científicos que solicitó a Rusia sobre su vacuna.
Las candidatas a vacuna contra el Covid-19 que desarrollan científicos rusos no han provocado incidentes adversos y generan anticuerpos, según los resultados preliminares de los ensayos clínicos, detallados en un estudio difundido este viernes por la revista médica británica ‘The Lancet’.
El informe sale publicado semanas después de que Rusia anunciase que tenía una vacuna contra el coronavirus, pero sin haber aportado detalles de las pruebas clínicas, algo que generó inquietud en el mundo científico.
El estudio detalla los primeros hallazgos arrojados por dos ensayos clínicos (Sputnik V) en su fase temprana, en los que han participado 76 personas, sobre vacunas no aleatorias.
El grupo de expertos encontró que dos formulaciones -una congelada y otra liofilizada- de una vacuna que consta de dos partes son «seguras», pues no identificaron reacciones adversas de gravedad en más de 42 días e indujeron respuestas de anticuerpos en todos los participantes en un plazo de 21 días.
Los resultados secundarios de los ensayos (no tan relevantes como los primarios) también llevaron a pensar, según esto, que las vacunas producen asimismo, en un plazo de 28 días, la respuesta de la denominada célula T, que detecta y mata patógenos invasores o células infectadas.
La formulación congelada está diseñada para su uso a gran escala, mientras que la liofilizada se desarrolla teniendo en mente aquellas regiones de difícil acceso, pues puede almacenarse a temperaturas de entre 2 y 8 grados centígrados.
El estudio explica que la vacuna incluye dos vectores de adenovirus -el llamado «tipo 26 de adenovirus humano recombinante» o rAd26-S y el «tipo 5 de adenovirus humano recombinante o rAd5-S-, modificados para expresar la «proteína del pico» SARS-CoV-2, herramienta clave que el virus utiliza para invadir las células humanas.
En las pruebas, se debilitaron los adenovirus a fin de que no se puedan replicar en células humanas y no puedan provocar enfermedades (ya que, en general, causan habitualmente el resfriado común).
Ese tipo de vectores de adenovirus ya se han empleado en muchos ensayos clínicos de manera segura, según el estudio, que apunta que estas vacunas tienen como objetivo estimular ambos brazos del sistema inmune: los anticuerpos y las repuestas de las células T, de forma que ataquen el virus cuando circule por el organismo y también las células infectadas por el SARS-CoV-2.
El autor principal, Denis Logunov, del Centro Nacional de Investigación para Epidemiología y Microbiología (Rusia) comentó que «cuando las vacunas de adenovirus entran en las células de las personas, generan el código genético de la proteína de pico del SARS-CoV-2, que ocasiona que las células produzcan la proteína de pico».
Esto ayuda, según dijo, a «enseñar al sistema inmunitario a reconocer y atacar el virus del SARS-CoV-2» aunque «para formar una respuesta inmunológica potente contra el virus, es importante proporcionar una vacuna de refuerzo».
En este sentido, Logunov puntualizó que las vacunas de refuerzo que usan el mismo vector de adenovirus «podrían no producir una respuesta efectiva, pues el sistema inmunológico podría reconocer y atacar al vector» y esto «impediría que la vacuna entrar en las células del cuerpo»
Por ello se han usado dos tipos diferentes de vectores de adenovirus «en un intento por evitar que el sistema inmunológico se haga inmune al vector»
Los ensayos se llevaron a cabo en dos hospitales rusos con adultos de entre 18 y 60 años, que se aislaron tan pronto se registraron para participar en las pruebas clínicas y permanecieron en los centros médicos durante los primeros 28 días.