20 diciembre, 2020 21:44



Fuerte cruce entre el municipio y el Centro de Comercio por las multas

“Las multas más severas son las que corresponden a clausuras por mercaderías vencidas, productos en mal estado, pésimas condiciones de higiene o riesgo de contaminación de los alimentos. Quejarse porque se le imponen multas a comerciantes que tienen ratas en sus locales o cucarachas en las cocinas donde preparan sus productos es justificar lo injustificable”, afirmó esta tarde el secretario de Coordinación de Gestión del municipio Fernando Barboza, en referencia a los recientes cuestionamientos a las multas aplicadas en los operativos e inspecciones de los últimos meses.

“Las multas no promedian los cien mil pesos, como se dijo por ahí, que no sabemos si lo dicen porque sacaron mal las cuentas o por mala intención; porque los comerciantes saben bien que el Juzgado de Faltas nunca aplica una multa que siquiera se acerque a ese monto cuando los problemas son administrativas o por haber incumplido algún trámite”, aclaró el funcionario.

“Solamente hay sanciones onerosas cuando la falta constatada atenta contra la salud de los vecinos. Y ahí no hay una cuestión económica o recaudatoria; es un tema de responsabilidad. No se puede tener alimentos guardados en un depósito donde proliferan los insectos o vender comestibles expuestos a los ratones o la contaminación del ambiente. Con la salud de la gente no se juega y esto es algo que los mismos comerciantes, que también son consumidores y usuarios, tendrían que comprender y valorar”, remarcó Barboza.

Por su parte, la jueza municipal de Faltas Valeria Armanazqui argumentó que “si las quejas son por las multas más elevadas, entonces lo que se cuestiona es que se trabaje para cuidar la salud de la gente; porque las multas más altas sólo se imponen en casos donde lo que se está comercializando o las condiciones en que se está trabajando ponen en riesgo la salud del consumidor”, afirmó.

“En todas las ciudades del país las normas penalizan a quienes venden alimentos contaminados o no cumplen con las condiciones de higiene y salubridad. Porque es la única forma en que se los obliga a regularizar su situación; por el bien de sus propios clientes y en defensa de la salud de la población”, remarcó Armanazqui.

“Siempre hay contemplaciones al que le falta algún trámite, hay plazos para presentar la documentación que tal vez no tienen cuando los visitan los inspectores, cuando el comerciante reincide en el incumplimiento de los pasos administrativos formales hay multas que representarán tal vez el 10 % de los cien mil pesos que erróneamente promediaron desde alguna institución cuando expresaron sus quejas; pero siempre se trata de llegar a un acuerdo para que el comercio regularice su situación, porque cada comercio tiene que estar habilitado por el municipio y cumplir las normas”, detalló la magistrada municipales.

“No obstante, el panorama cambia si el motivo de la clausura es por alimentos en mal estado o situaciones similares. Ahí no habrá contemplaciones, porque la salud de los concordienses es más importante que las multas que deben pagar los comerciantes que venden alimentos en mal estado y en muy malas condiciones higiénicas, incumpliendo con las ordenanzas municipales y el Código Alimentario Argentino”, concluyó.