7 marzo, 2022 12:29
El cuerpo del suboficial Orellana fue hallado sin vida en un parque de la localidad bonaerense; su familia había reportado su desaparición ayer
El suboficial del Ejército Argentino Martín Orellana, acusado de maltratar y asesinar a Malevo, un perro callejero que se refugiaba en una unidad del Ejército Argentino en Olavarría, fue encontrado muerto esta mañana en un parque de la ciudad bonaerense, según confirmaron a La Nación fuentes judiciales a La Nación.
Fuentes policiales confirmaron que el cuerpo el suboficial acusado de torturar y asesinar a Malevo fue encontrado sin vida en Parque Helios Eseverri
Un vecino alertó a primera hora de hoy a las autoridades con un llamado al 911 tras encontrar el cuerpo de un hombre fallecido en el parque Helios Olavarría, de esta ciudad, a muy pocas cuadras de donde vivía el militar. La autopsia ordenada por la justicia y que se realizaba esta tarde determinará si, como se supone, se trató de un suicidio.
Desde el Ejército Argentino, según un documento al que accedió La Nación, confirmaron “el fallecimiento del suboficial Principal Martín Orellana, perteneciente al Escuadrón de Ingenieros Blindado 1″ y reconocen que “el entorno personal del suboficial, sus camaradas de armas y la Institución toda atraviesan momentos de dolor y profunda reflexión”.
Sus familiares directos habían denunciado en sede policial la ausencia de Orellana, que se había retirado de su hogar el viernes. Según les avisó, iba a realizar una consulta médica, ya que se encontraba bajo tratamiento y medicado, según confiaron fuentes de la investigación. Desde entonces, con intervención de la fiscalía a cargo de Christian Urlezaga, se dispuso la apertura de una causa por averiguación de paradero y como primera medida se ordenó una búsqueda y rastrillaje.
A pesar del despliegue de efectivos policiales el desenlace se conoció a partir del dato aportado por un particular, que fue quien encontró el cuerpo sin vida de una persona que pendía de un árbol, en un sector de arboleda frondosa, próximo a baños públicos. Luego se confirmaría que se trataba de Orellana.
La ausencia del militar coincidió con una nueva manifestación que organizaciones proteccionistas de animales realizaron frente al regimiento local del Ejército Argentino bajo la consigna “Justicia por Malevo”, que se realizó el viernes después de mediodía con participación de decenas de personas.
Allí los manifestantes tomaron conocimiento de manera extraoficial que autoridades de esa unidad habían tomado testimonio de cinco testigos en el marco de una investigación interna para determinar responsabilidades de Orellana en el asesinato de Malevo.
Desde la propia fuerza se había impulsado también una denuncia contra el militar, siempre por la muerte del perro, que se presentó en sede de la Policía Federal. En esa dependencia se pusieron a disposición para que se avance con la investigación y determinar si era culpable o no del hecho que se le imputaba. La causa judicial se tramitó en un juzgado federal por estar involucrado un suboficial de una fuerza armada.
El comunicado difundido hoy por el Ejército Argentino reitera que las autoridades de la citada guarnición de Olavarría “continúan colaborando con las actuaciones judiciales iniciadas días atrás por los hechos que son de público conocimiento”.
“Es absolutamente inesperado lo que ocurrió”, aseguró a LA NACION una integrante de una de las entidades proteccionistas que hicieron denuncia pública del asesinato de Malevo. “Nunca imaginamos que esto pudiera terminar así, esperábamos para él una sanción tanto administrativa como judicial”, dijo otra. En caso de ser considerado culpable Orellana podía afrontar penas de hasta un año de prisión.
Esta tarde estaba previsto, según lo solicitado por el fiscal Urlezaga, la autopsia para determinar las causas de muerte. Todo indicaría que se trató de un suicidio. Fuentes judiciales consultadas por La Nación aseguraron que el militar no dejó ninguna carta ni aviso previo sobre los motivos que lo habrían llevado a tomar esa decisión.
El caso tomó estado público en la ciudad, creció desde las redes sociales y llegó hasta medios nacionales. La viralización del asesinato de Malevo y la identidad del acusado derivaron en mensajes muy duros para con el militar, con referencias a su vida personal y supuestos antecedentes. Incluso se difundió su domicilio particular, hasta el que llegaron algunos vecinos para improvisar una suerte de “escrache”, situación que Orellana -que se encontraba en tratamiento psiquiátrico y medicado, según datos aportados por fuentes del caso- no habría logrado sobrellevar.
Malevo era un perro callejero que merodeaba la unidad del Ejército Argentino en Olavarría. Pronto los propios militares del lugar le abrieron puertas y alimentaron. Se supone que alguno de los efectivos de ese regimiento registró y difundió las fotos que se viralizaron, donde se ve al suboficial Martín Orellana arrastrando con una correa al animal, se supone que ya sin vida.
Ese material circuló en redes sociales, impulsado en particular por las dos entidades proteccionistas de Olavarría (CRAO y APOA), con adhesión de cientos de vecinos e incluso de otros distritos que condenaban la actitud del militar y pedían justicia.
Una primera manifestación para denunciar el caso y pedir sanciones se había realizado el pasado 22 de febrero, oportunidad en que dirigentes de ambas instituciones mencionadas pudieron dialogar con autoridades del regimiento y confirmar que la propia fuerza armada estaba comprometida en el esclarecimiento del caso. Tanto que habían presentado una denuncia ante la delegación local de la Policía Federal.
El Ejército también, en coincidencia con esa primera manifestación frente al regimiento, había difundido un comunicado en el que de manera casi explícita reconocía la responsabilidad de un oficial de esa fuerza en el fatal destino de Malevo.