25 julio, 2022 23:21



La mamá dijo que la nena que fue atacada por un perro «quedó con mucho miedo y busca esconderse»

Maira Martínez es la madre de la nena y relató en primera persona lo que le tocó vivir. “Nosotros estábamos en la costa del río y en ese momento llega este muchacho, con un dogo grande, que no tenía bozal y con una correa muy larga», dijo.

El hecho ocurrió en la zona costera de Benito Legerén, el pasado jueves. Esta vez, una nena de 7 años fue la damnificada. Fue atacada por un perro de grandes dimensiones; a orillas del río Uruguay y cuando disfrutaba de un paseo en familia.

En declaraciones radiales, su mamá Maira Martínez, relató en primera persona lo que le tocó vivir. “Nosotros estábamos en la costa del río y en ese momento llega este muchacho, con un dogo grande, que no tenía bozal y con una correa muy larga», dijo la mujer.

En ese contexto «al largarle mucho la piola, el perro alcanza a atacar a mi nena», por lo que – «yo que la estaba viendo, me levanto y reacciono, dándole una piña al animal». Fue allí – añadió – que «el perro me mira mal y – de reojo – alcanzo a ver cómo mi hermana saca a mi nena del lugar y se la lleva».

Consultada sobre qué determinación tomó el propietario del animal, Maira dijo que «ni siquiera lo cinchaba» y que «quedó como paralizado por la situación».

«Le dijimos de todo porque había tres criaturas», agregó la mujer. Subrayando que «yo le manifesté que iba a llamar a la policía y fue ahí que me dice que no lo haga; preguntándome cuanto dinero quería para arreglar y que no metamos a la policía».

Tras este episodio, la mamá de la menor hizo la denuncia en sede policial. Aunque – curiosamente – afirmó que los efectivos de la comisaría de Benito Legerén «no me la querían tomar a la denuncia hasta que llamaron a la Jefatura y ahí sí la hicieron».


Maira contó que – milagrosamente – su hija no presentó lesiones de gravedad. “El médico policial la revisó y ahora vamos a ver qué hace la justicia”, puntualizó. De todas maneras, aclaró que la menor presentó rasguños y heridas superficiales, aunque «el perro apuntó a su cuello».

«Eso sí, quedó llorando, muy nerviosa; hasta el día de hoy no quiere ni cruzarse con ningún perro porque se esconde, me busca a mí y quedó con mucho miedo», remató.

Fuente: Nada que Perder – LT 15