12 abril, 2023 22:33
Nuestros cronistas, apostados en el lugar a pocos minutos de sucedido el hecho, pudieron indagar a decenas de comerciantes que al ver el los patrulleros en el lugar concurrieron inmediatamente e improvisaron una reunión y conversaciones en las que todos coincidían haber sido víctimas de la misma persona y del mismo tipo de accionar.
Incluso uno de los comerciantes que prefirió no identificarse por temor, comentó que su abogado había investigado en Fiscalía de la ciudad de Concordia y obtenido como respuesta que existían cerca de 20 causas similares de la misma persona, femenina que protagonizó el hurto, y que incluso su esposo se encontraría detenido por hechos aún más graves de violencia.
Esa situación de falta de respuesta por el Ministerio Público Fiscal y los antecedentes violentos con los que contaría el esposo de la persona que sustrajo las prendas producen temor en los vecinos a represalias ante sus denuncias.
Incluso otro de los comerciantes llegó a contar el asombroso hecho de que uno de los integrantes de la familia contaría con un «habeas Corpus preventivo» que impide a la policía acercarse al mismo sin cumplir una serie de requisitos previos, los cuales obviamente conllevan una demora formal que hace imposible su detención en flagrancia.
Nuestros cronistas ante estos testimonios requirieron a las autoridades de la Fiscalía respuestas sobre la veracidad de estos dichos encontrando silencio de parte de los consultados.
Por lo que resulta asombroso que ante la acumulación de hechos, que muestran un patrón de conducta no se hayan tomado medidas más severas de restricción de la libertad ambulatoria de esta persona, máxime cuando no se estaría solamente ante el delito de hurto o robo sino también ante un claro delito contra la integridad psíquica y personal de menores a su cargo a los que en el accionar delictivo expone a peligros ciertos y al aprendizaje de conductas contrarias a la ley.
Por lo que asombra que la pasividad de los fiscales (o por lo menos la falta de respuesta a nuestros requerimientos) permiten que este modus operandi se siga llevando a cabo con total impunidad y teniendo como consecuencia graves daños a menores involucrados como partícipes de estos hechos, lo que claramente debe (esta redacción no lo conoce con precisión técnica) constituir delitos mucho más graves que también quedan impunes conjuntamente con el delito de hurto
El hecho
Adalgisa Jalil, comerciante de Concordia, contó «no es la primera vez que nos pasa» pero «quería hacerlo público porque tengo la grabación de las cámaras y esto fue el colmo porque mi hija observó todo».
En declaraciones radiales, Jalil detalló que el robo ocurrió durante el martes, aproximadamente a las 19:20 horas. «Estábamos acá en el local de calle Urdinarrain, con una de mis empleadas, había gente que eran clientes uruguayos y – en un momento – entró una persona con un barbijo y lo que menos pensamos es que iba a andar con una criatura robando».
En un instante, «abrió una bolsa al nenito que venía con ella y metió más de 10 jeans que teníamos separados por talles; y luego se fue».
Además, la comerciante contó que «mi hija de 8 años estaba presente y vio todo; justo estaba jugando acá atrás». Incluso, contó que el valor de cada jean está estipulado entre»»15 mil y 22 mil».
Jalil explicó que realizó la denuncia policial correspondiente e insistió en que «lamentablemente no es la primera vez que nos ocurre» pero apuntó a que «esta persona es muy conocida acá en el centro; es más, una empleada la reconoció».
Vale destacar que el hecho tuvo lugar en el negocio que está ubicado a «media cuadra de la Peatonal de Concordia».
La comerciante resaltó la labor policial. «Esta persona tiene varios antecedentes y no entiendo qué pasa con los fiscales, con los jueces que la deja en libertad porque – aparte de que yo no voy a recuperar un jean – esta persona anda con un menor, que debe tener 7 o 8 años, robando impunemente», puntualizó.
En ese sentido, reflexionó, «si hoy roba un jean, a los 14 o15 años puede anda con un arma y disparar a cualquiera». Subrayando que «lamentablemente tenemos que dar gracias a Dios que no tenían armas, que no nos pasó nada a ninguna de las personas que estábamos ahí, porque hoy en día con el tema de la inseguridad se puede esperar cualquier cosa».
Por último, Jalil insistió en que «yo ya sé que no voy a recuperar la ropa pero sí me interesa que de alguna forma los detengan y que de alguna forma pase algo, que se haga algo, que los fiscales actúen más rápido, que si le hacen allanamiento no le den una detención domiciliaria porque es mentira que están en su casa y tampoco se puede estar controlando si la cumplen».
A su entender, «no puede ser que por una cuestión de inseguridad yo tenga que adaptarme a otras personas, cambiar mis horarios y tener que cerrar antes por miedo a que nos sigan robando; hay algo que no está funcionando».
Fuente: Nada que Perder (LT 15).