El día jueves a la noche, un joven de 26 años terminó reducido por efectivos de la Policía Provincial de Ushuaia luego de ingresar a la Clínica San Jorge con un hacha en la mano y destrozar las instalaciones de la guardia de dicho centro asistencial. El mismo habría sufrido un brote psicótico, debido a la mala atención que hubo en la guardia.
El sujeto cuya identidad no trascendió sería un paciente que habría padecido al momento de los hechos un brote psicótico.
Personal del sanatorio solicitó la presencia policial por lo que efectivos de la Comisaría Segunda arribaron al lugar y procedieron a reducir al protagonista del hecho que a esa altura ya había destrozado los vidrios de las ventanas los cuales le produjeron heridas cortantes en sus brazos.
Al cierre de esta edición la policía continuaba trabajando en la guardia de la clínica que había sido uno de los sectores más afectados, aunque algunas otras dependencias también evidenciaron los daños del accionar del joven.
En salud, una atención de calidad es tan importante, que su ausencia tiene repercusiones no solamente sobre la eficiencia del sistema de salud o la percepción que los ciudadanos tienen de él, sino que, literalmente, puede costarles la vida. Un nuevo reporte del Lancet Global HealthComission sobre los sistemas de salud de alta calidad revela que en los países de pequeños y medianos ingresos—que son la mayoría en América Latina y el Caribe—mueren más de 8 millones de personas por enfermedades que pudieran ser perfectamente tratables por los sistemas de salud.
De acuerdo al reporte, 60% de las muertes que podrían haberse tratado médicamente son consecuencia de una baja calidad de atención. Cabe reparar por un momento sobre las implicaciones: la mala calidad de la atención de salud es, actualmente, un mayor obstáculo para reducir la mortalidad que la falta de acceso a servicios de salud. En otras palabras, aún si se logra asegurar el acceso a un determinado servicio de salud, especialmente en los sectores más vulnerables de la población, el progreso queda anulado si no tiene la capacidad de salvar vidas – y mejorarlas.
Según los autores, los sistemas de salud de alta calidad tienen el potencial de prevenir, cada año:
-> 1 millón de muertes de neonatos
-> 50% de las muertes maternas
-> 2,5 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares
-> 900.000 muertes por tuberculosis
La atención de mala calidad es un desperdicio enorme de recursos, y puede ser un problema aún en países de ingresos altos como Estados Unidos. En 2015 solamente, las muertes ocasionadas por enfermedades tratables significaron una pérdida de 6 billones de dólares para la economía estadounidense.
La atención desde la perspectiva de los pacientes
Naturalmente, la consecuencia del derroche y la ineficiencia del gasto en salud deteriora la confianza de los pacientes en los sistemas de salud. Según una nueva publicación del Banco Interamericano de Desarrollo, que analiza las experiencias de la atención primaria de salud en la región desde la perspectiva del paciente, 98% de los brasileños considera que su sistema de salud debe ser reformado. Y no es únicamente un asunto de percepción. La baja calidad asistencial puede resultar en condiciones de salud peores, agravamiento y persistencia de síntomas, pérdida de funcionalidad e inclusive recelo de regresar al centro de atención.
Hay problemas de calidad en todos los países – y para todas las enfermedades. Sin embargo, la intensidad del problema es variable; sigue siendo mucho peor en los países de bajos y medianos ingresos y, al interior de esos países, entre los grupos más vulnerables, como aquellos que viven en situación de pobreza o están marginados de los sistemas de salud por distintas razones.
En estos países,