La economía de Brasil, la más grande de América Latina y principal socio de Argentina, cayó 4,1% en 2020, el peor resultado en tres décadas, empujada por la pandemia que derribó el sector de servicios, de la industria, la inversión y el consumo de las familias, aunque apenas creció el sector agropecuario, informó hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El real brasileño llegó a cotizar a 5,703 por dólar, su nivel más bajo en tres meses y a punto de alcanzar el mínimo histórico del año pasado, justo por debajo de 6,00 por dólar.
La pandemia de coronavirus fue el principal factor de la caída del PBI brasileño en 2020 y detuvo un crecimiento sostenido entre 2017 y 2019 luego del descenso de 3,5% en 2015.
La caída fue casi la mitad del 9,5% que había previsto a inicios de la pandemia el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El IBGE también divulgó el PBI del cuarto trimestre de 2020, cuando se registró un crecimiento del 3,2 por ciento en relación con el trimestre anterior, que había marcado una suba de 7,7 por ciento, lo cual marca un enfriamiento económico justamente cuando en este primer trimestre de 2021 Estados y municipios cierran sus economías por una segunda ola de muertes y contagios superior a la primera..
Comparado con el último trimestre de 2019, el lapso entre octubre y diciembre cayó 1,1 por ciento.
Esta es la mayor caída con la actual metodología implementada desde 1996 por el IBGE, aunque es más profunda desde 1990, cuando se registró una baja del 4,3%. El PBI per cápita resultó en 35.172 reales (6.200 dólares), una caída récord del 4,8 por ciento.
El sector servicios fue el gran responsable, ya que responde por casi el 60 de la actividad, cayendo 4,5%. La industria se redujo en un 3,5 por ciento y el único ramo que logró cerrar 2020 en positivo fue la actividad agropecuaria, que avanzó 2%, sostenido principalmente por los récords de exportaciones de soja, carnes y café.
El consumo de las familias se redujo al récord de 5,5 por ciento, mientras que las inversiones también se derrumbaron 0,8 por ciento, el gasto del Estado un 4,7 por ciento y las importaciones un 10 por ciento.
Las exportaciones también cayeron, un 1,8 por ciento, y no lo hicieron más por causa del agronegocio.