Bajo la dirección de Fundación Huésped, se intentará acreditar la eficacia del primer inyectable preventivo contra el virus de la inmunodeficiencia humana.
A finales del año 2019, la Fundación Huésped accedió a formar parte de un estudio a escala global denominado Mosaico con el único y novedoso objetivo de probar la eficacia de la primera vacuna preventiva contra el VIH o virus de inmunodeficiencia humana.
La investigación, cuyas fases preliminares mostraron avances realmente prometedores, se encuentra siendo liderada actualmente por la Red de Estudios de Vacunas para el VIH (Htvn), perteneciente a los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH).
Junto a dicha red, el proyecto es también coordinado por la compañía farmacéutica Janssen, grupo asociado a Johnson & ?Johnson y quien desarrolla en tiempos más recientes la vacuna monodosis contra el coronavirus.
La fundación dirigida por el Dr. Pedro Cahn, también Director Científico, es precursora junto a centros en Brasil, España, Estados Unidos, Italia, México, Perú y Polonia, en la aplicación de un preparado que, tras 40 largos años de espera, podría cambiar la historia.
¿Por qué estudio Mosaico y cómo funciona la vacuna?
El logotipo oficial del estudio Mosaico, investigación que probará la eficacia de una vacuna preventiva contra el VIH.
El nombre seleccionado para el estudio de carácter mundial no fue azaroso. Se llama Mosaico debido a que pone a prueba un régimen experimental de vacunas. Cada dosis a aplicar combina varias proteínas o ADN bacteriano encontrado en el VIH.
Todas ellas son agregadas a un vector viral. Éste último es, más bien, un virus modificado que actúa como «vehículo» y que lleva dentro de sí el material genético exterior para introducirlo en la célula y así prevenir que pueda ingresar en otra ocasión futura.
El vector utilizado para los ensayos es más conocido como el adenovirus 26 (rAd26). Se lo considerado inofensivo para los seres humanos y, a la vez, sumamente efectivo para generar inmunidad específica contra los dos subtipos del VIH.
Representación gráfica del adenovirus 26 (rAd26), vector viral que contiene las proteínas que ingresan a la célula.
De esta manera, la vacuna contra el virus de la inmunodeficiencia humana busca brindar una mayor protección para el sistema inmunológico. Un detalle que no puede obviarse sobre ella es que este particular preparado cuenta con un pin preventivo.
Esto significa que su aplicación efectiva ayudaría a evitar que personas puedan contraer la enfermedad y no erradicarla. Bajo esta premisa, uno de los objetivos principales de la investigación es conocer con certeza si la vacuna es garantía de mayor seguridad.
Cahn expresó que «hasta el momento, no hay ninguna vacuna con eficacia aprobada contra el VIH», otro de los motivos por los cuales el desarrollo del estudio Mosaico no solo es pionero si no que, además, adquirió enorme trascendencia.
¿En qué fase y/o etapa se encuentra la investigación?
El presente estudio se encuentra en fase III, etapa en la que se llevan a cabo los ensayos a gran escala y que involucran a miles de personas en todo el mundo. Se trata del período definitivo para determinar su aprobación y posterior comercialización de la vacuna.
Previo a ello, y para mayor tranquilidad de los involucrados, el estudio atravesó satisfactoriamente análisis de laboratorio y experimentación con animales, así como también evaluaciones de seguridad y eficacia en cientos de humanos sin VIH.
Actualmente, alrededor de 3800 personas de entre 18 a 60 años y con alto riesgo de contraer el VIH forman parte de esta investigación, en 57 centros de investigación de los 8 países antes mencionados dispuestos a lo largo de las Américas y Europa.
Aquellos quienes forman parte de la investigación, recibirán seis inyecciones dentro del plazo de un año. Hasta el momento, los involucrados han recibido al menos dos de ellas desde que comenzó el estudio, que probablemente demore un plazo de tres años.
«Poco después de aplicarme la vacuna, la sensación es una especie de incertidumbre muy esperanzadora», dijo Humberto Costa (36), uno de los tantos voluntarios radicados en Argentina, específicamente en la provincia de Misiones.
Sobre la presencia de efectos secundarios, el director científico de la Fundación Huésped explicó que «no se han visto efectos secundarios importantes en su aplicación». Enfatizó también en que la vacuna «tampoco implica ningún riesgo mayor».
¿Quiénes pueden formar parte de los ensayos?
Durante los últimos 25 años, más de 30 mil personas formaron parte de diversos estudios a nivel mundial de la vacuna contra el VIH. Ninguno de ellos se infectó a través de ninguna de las vacunas evaluadas, ya que éstas no contienen VIH como tal.
Con foco en el estudio Mosaico, pueden participar hombres cisgénero y personas transgénero que tengan relaciones sexuales con, valga la redundancia, hombres cisgénero y/o personas transgénero, de entre 18 y 60 años de edad y con riesgo de adquirir el virus.
Además de cumplir los requisitos excluyentes antes mencionados, es necesario estar dispuesto a llevar a cabo ciertos controles médicos necesarios además de recibir asesoramiento y análisis de detección del VIH de manera regular.
En relación a esto último, Costa precisó: «Nos entregan un diario personal para documentar todo lo que nos ocurra en los ocho días posteriores a la aplicación. También una regla para medir el tamaño de la marca que puede dejar la vacuna y un termómetro».
No están aptos para formar parte de la investigación quienes estén interesados en acceder a Profilaxis Pre-Exposición (PrEP) contra el VIH, tratamiento que consiste en la ingesta de un medicamento antirretroviral ayuda a prevenir que el virus infecte las células.
Sin embargo, dicho tratamiento aún no se encuentra disponible en la Argentina. Por último, la Fundación Huésped bonifica a los voluntarios elegidos para la inoculación con viáticos para transporte y desayuno en los días de consulta y/o laboratorio.
Tras ser consultado sobre los pasos a seguir luego de aprobarse la vacuna, y haciendo hincapié en su comercialización, Cahn anticipó: «Todavía es muy temprano para decirlo. Estimamos que el estudio podría finalizar en 2023 pero todavía no hay certezas».
Accedió a hablar también sobre futuros estudios para encontrar una cura contra el VIH y concluyó: «Hay investigaciones en marcha para pacientes que ya padecen el virus. Tampoco está definido si se utilizará una vacuna u otro tipo de inmunoestimulantes».
«Esta vacuna no es una invitación a dejar de cuidarse o a tener arbitrariamente prácticas sexuales de riesgo, todo lo contrario. Es un esfuerzo más para detener la propagación del virus», dijo, con la esperanza de que el día de mañana pueda aplicarse masivamente.