El caso del Dr. Pedro Silvio de la Madrid sigue sumando capítulos en el ámbito judicial. En una audiencia celebrada el pasado 20 de diciembre, correspondiente al legajo 14602/24, el juez Ives Bastian resolvió imponerle prisión preventiva por un período de 40 días.
La fiscal Daniela Montangie presentó argumentos contundentes sobre la gravedad de los hechos y el riesgo procesal, logrando que se dispusiera su reclusión: 30 días en la Alcaidía Local y los 10 restantes en la Unidad Penal de Concordia.
La medida surge tras confirmarse que De la Madrid, a pesar de una condena previa que lo inhabilitaba, continuaba ejerciendo ilegalmente como abogado.
Hace aproximadamente 10 días, varios clientes del estudio jurídico de De la Madrid lo confrontaron por el retraso en una causa que estaba bajo su responsabilidad. Durante el intercambio, los clientes presentaron documentación comprometedora en contra del abogado. Según consta en un video que luego fue presentado ante la justicia, De la Madrid reaccionó violentamente, abalanzándose sobre uno de los reclamantes e intentando arrebatarle las pruebas incriminatorias.
Este episodio derivó en denuncias cruzadas, pero la grabación resultó ser una evidencia clave que reveló lo que muchos consideraban un secreto a voces: el abogado seguía ejerciendo su profesión a pesar de estar inhabilitado.
Nuevas denuncias complican la situación
La situación legal de De la Madrid se agravó con denuncias presentadas por la Municipalidad de Estancia Grande, relacionadas con el hurto agravado de documentación pública (legajo nº 10819/24, fiscal Julia Rivoira). En allanamientos realizados en los domicilios del abogado se encontraron numerosos documentos oficiales del municipio.
Según la investigación, tanto De la Madrid como su esposa, Analía Romero, y su hermana, Daiana Alfonsina de la Madrid, habrían utilizado estos documentos, recortando firmas originales, para crear instrumentos falsos que acreditaban su supuesta condición de empleados permanentes del municipio.
Pruebas periciales de una causa previa (legajo 7382/23, fiscal Dr. Núñez) ya habían demostrado que la documentación presentada por Analía Romero y Daiana de la Madrid para justificar su condición laboral era apócrifa. Se comprobó que utilizaban hojas recortadas con firmas originales para dar apariencia de legalidad a los documentos.
Próximos pasos en el proceso
El próximo 30 de diciembre, se llevará a cabo una nueva audiencia penal en la que la fiscal Daniela Montangie solicitará que la condena previa de dos años de prisión e inhabilitación que pesa sobre De la Madrid pase de ser de cumplimiento condicional a efectivo. Este pedido se sustenta en el quebrantamiento de la pena, dado que el abogado continuó ejerciendo su profesión y ahora enfrenta nuevas acusaciones.
El “Clan de Pedrito” bajo la lupa
La situación no solo afecta a Pedro De la Madrid, sino que también pone en riesgo la libertad de otros integrantes del denominado “Clan de Pedrito”. Las pruebas recopiladas hasta ahora refuerzan la hipótesis de un esquema organizado que involucra a Analía Romero y Daiana de la Madrid en actos de falsificación y fraude documental.
Con varias causas abiertas, incluidas las relacionadas con el hurto de documentación pública y la falsificación de instrumentos, las probabilidades de que se adopten nuevas medidas judiciales contra el resto de los implicados son altas.
El caso de Pedro De la Madrid y su entorno continúa siendo un punto de interés tanto para el ámbito judicial como para la opinión pública, mientras se espera el avance de las investigaciones y nuevas resoluciones judiciales.
Repudio de Giampaolo
El abogado y ex concejal Mariano Giampaolo opinó del tema y aseguró que «como profesional de Concordia me veo en la obligación, ya que las instituciones que lo nuclean no lo hacen, de repudiar enérgicamente este accionar de una minoría muy, pero muy minoritaria de colegas, que lamentablemente desprestigian la matrícula y desprestigian el accionar de los abogados en general».
Para Giampaolo «después nos encontramos con que el accionar de estos abogados termina dándole la razón a aquellos agoreros que, con la intención de mantener determinados privilegios, también realizan campañas de estigmatización contra el accionar de los abogados». En ese marco, afirmó, «estoy convencido de que la Justicia y las sanciones deben ser ejemplificadoras para poder diferenciar aquellos colegas que a diario hacen su tarea con máxima prudencia, con máximo decoro, con total responsabilidad por el resultado de los procesos, por la atención de los clientes, que son la inmensa mayoría, inmensa mayoría, muy superior a aquellos pocos que, con sus avivadas criollas y sus chicanas casi infantiles, tratan de sacar pequeñas ventajas que a la postre son grandísimas y peligrosísimas derrotas, no sólo para ellos, sino para el contexto de los abogados».
Por último, el ex edil dijo que esas voces «no hacen más que fogonear o dar letra a aquellos grupos de privilegio que constantemente atacan a los abogados, que litigamos contra las grandes empresas que maltratan al usuario, contra empresas que evaden absolutamente los derechos laborales, contra instituciones financieras que esquilman los intereses de jubilados, docentes, trabajadores, y que realmente al poner las cosas en su lugar, obviamente que generamos el rechazo, la estigmatización, la mala prensa por parte de los sectores que, con mayor poder económico, tienen por ahí más voz en los medios de comunicación».
Giampaolo reiteró que los «abogados somos auxiliares del servicio de justicia, llevamos la voz de los clientes a los tribunales y son los jueces los que tienen que tomar las decisiones y el conjunto de abogados justiciables, jueces, secretarios, fiscales, es lo que se conoce como poder judicial, es el que está destinado a lograr el equilibrio de los que más pueden con el de los que menos pueden en una sociedad».
Ese es un equilibrio «democrático, constitucional, internacionalmente ya indiscutible en inmensa cantidad de convenciones internacionales. Todo eso es una gran evolución que viene de tiempos inmemoriales donde el señor feudal o el empresario superpoderoso hacía y deshacía lo que quería. Hoy la ley empareja los distintos sectores de la sociedad, trata de lograr equidades y en esa tarea están la mayoría de los trabajadores», afirmó.
Por último, Giampaolo dejó en claro que «algunos colegas, reitero absolutamente minoritarios, hacen muchísimo mal a la matrícula de los abogados y sobre todo a la evolución lenta pero sin pausa que se viene produciendo en pos de los derechos de las minorías, de las personas con menos recursos, de los usuarios, de los consumidores, de los accidentados, de los lastimados, de las mujeres, de los jubilados y entonces es doble el daño».
Y cerró diciendo que «hay muchos abogados de la matrícula que ejercen con absoluta prudencia, con absoluta lealtad hacia el cliente».